30
abril 2009:
LONGYEARBYEN – EAST COAST – SVEAGRUVA - LONGYEARBYEN.
Etapa reina de Svalbard
Y por fin llegó el jueves. Amaneció como siempre, con el
buenos días agradable de la mujer de la limpieza de correos.
La furgoneta nos esperaba a la salida para ir a recoger las
motos de nieve. Hoy tocaba excursión de 200km a la costa
Este del archipiélago, conocido como el reino de los osos
polares.
Svalbard Snoscooterutleie AS <2 guías + equipamiento +
comida + 5 motos de nieve dobles + 2 motonieve individual =
20000 NOK>
Armados con nuestras corazas anti-frío, partimos y volvimos a
tener el cuerpo en tensión deslizándonos por la nieve de los valles
interiores de Spitsbergen. Ese día nos habían tocado dos guías más majetes y
que nos iban a dar más margen de maniobra. No sabían los pobres con quienes
trataban, jejeje Primeros kilómetros del día y primera moto jodida del día,
la de Héctor y Dipasi hacía aguas. Vuelta al campo base y cambio de moto.
Continuamos por un valle bacheado muy ancho donde no podías parar de admirar
a todos los lados lo que el desierto de nieve te daba. El paisaje era más
arisco con montañas pronunciadas y más rocas, lo que le daba una imagen aún
más salvaje. El grupo ya tenía cogido el ritmo y empezaron a haber los
primeros piques de motos. Que si te paso, que si acelero, que si me salgo de
la trazada, en un momento, teníamos la carrera de los autos locos montada.
El orden que durante el primer día de motos nos tenía ceñido, quedó
completamente aparcado, con el beneplácito de los guías. Este era nuestro
día, el de la conducción al máximo por el ártico, el de sentirse
invencible... Eso tuvo el inconveniente que Chema reventó otra moto de nieve
y ahora estábamos demasiado lejos como para ir a buscar una de repuesto.
Volando, saltando y casi trompeando llegamos a la costa este,
donde nos introdujimos en el océano ártico. Estaba lleno de placas de hielo
troceadas en forma de bloques discontinuos de colores variados, desde grises
oscuros hasta azules muy claros. Avanzamos más lentamente hasta llegar a una
bahía. Paramos y el guía (sin prismáticos) rápidamente avistó en el
horizonte un oso cerca del agua. Nos entró el nerviosismo del sellar la
vista del osito y después de un buen rato probando con prismáticos, el
teleobjetivo de Santi, allí pudimos verlo en su hábitat, al oso polar, esa
masa blanca moviéndose en plena libertad, señor de sus dominios, paseando
tranquilamente sin ser molestado ni increpado por nadie, disfrutando de un
día de playita polar
Tocaba descanso y de paso un poco de comida liofilizada.
Estaba de buena! Perdido ya el oso de nuestras vistas, era momento de
subirse de nuevo a las motos y dirigirnos hacia Sveagruva. Abandonamos la
costa, remontamos una cordillera de montañas y volvimos al interior, terreno
menos arisco y con más nieve, donde dimos rienda suelta al gas de las motos.
Allí deslizándonos sobre un valle helado, corriendo a más de 100km/h,
sentíamos el viento helado del ártico como rascaba nuestras caras, se
creaban cristalitos de hielo que se colaban en los guantes y nos cubrieran
las manos de bolitas de hielo. De nuevo, el sentirse invencible nos dio alas
de más, de chillar al infinito subido a la moto, sabiendo que allí solo
estábamos nosotros, rodeados de un paisaje de cuento y muy probablemente
siendo controlados de cerca por algún oso...
Llegamos a
Sveagruva, antiguo asentamiento permanente minero fundado por los suecos que
actualmente pertenece a Noruega. La moto de Chema-María empezaba a sacar
humo, pero arrancó sin complicaciones, así que de nuevo tocaba ponerse en
marcha. Justo al salir de Sveagruva, remontamos una rampa y allí se
encallaron en la nieve las motos de Chema-María, Dipasi-Capello y por buscar
el choque con uno de éstos dos, volcamos la moto Saúl-Carles. Los guías
tuvieron un poco de trabajo en rescatar las motos y reagrupar el rebaño
dividido. De repente, nos dimos cuenta que faltaba una moto, la de Santi-Héctor.
Después de un larga búsqueda los dimos por perdidos y seguimos avanzando
hacia Longyearbyen. Mientras tanto, Héctor-Santi iban tirando a saco sin
saber a donde iban, convencidos de que el grupo estaba delante. No llevaban
GPS ni plano, y las pocas pistas quedaban cortadas en medio de los valles y
no había ninguna señal de indicación. Encima avanzaban con el depósito corto
de gasolina. Allí sacaron toda su intuición diamantina (y algo más) y
después de una carrera loca por lo desconocido llegaron sanos y a salvo a
Longyearbyen. Nada más llegar, la declaración post-partido de Santi fue:
“Pensé que no volvería a ver a mi hija”… ¡Una auténtica aventura!
El resto del grupo continuaba el camino de vuelta. Otro
highlight de la excursión, fue el descenso de un valle por un camino
peraltado en forma de tubos, como si fueran para bobsleight. Tomando las
curvas subiendo por el peralte, hicimos una bajada espectacular
balanceándonos de lado a lado… peligroso? Sí y mucho pero fantástico! Aún
faltaba el último desmadre… Acelerando a fondo, a más de 100km/h, entramos
todos descontrolados y desordenados en Longyearbyen por una recta con
pequeños montículos que sirvieron para dar los saltos más largos de la
jornada, un fin de fiesta perfecto!! Buff!! Aún ahora escribiendo la crónica
siento la tensión y la adrenalina de ese momento. Sin duda fue el gran día
del viaje!
Ahora nos merecíamos un buen descanso y una señora ducha. Un
buen baño en la piscina del pueblo haría las delicias de nuestro cuerpo
<35NOK Students TLF:+47-79021818>. Un partido improvisado de waterpolo
Aluchinos – Nacaritos (6-1 para los primeros, a que os gusta este dato ehhh!!)
amenizó al poco público local, que por n-enésima vez se preguntaba: ¿¿qué
coño hacen estos aquí de vacaciones?? C’est la vie! Jejeje
Cenita en el Kroa y botellón previo a nuestra cita diaria al
Svalbard, fueron los actos de clausura de nuestra última noche en Svalbard.
Destacar que ha sido el primer viaje diamantino en que nos hemos pasado más
días en un mismo lugar, nada más y nada menos que 5 días en un pueblo de
2000 habitantes!
Como no podía ser de otra manera, esa noche en el Svalbard se
discutió del clásico aluchino por excelencia: los sellos. A un servidor se
le ocurrió subir la temperatura del debate diferenciando la geografía
política de países y la geografía física de continentes, lo que hizo subir
los decibeles del local. La gente nos miraba pensando que nos íbamos a
pelear allí en medio… Si supieran que sólo hablábamos de geografía…jejeje.
Acabamos la noche con unas partiditas al billar, que le sirvieron a Chema
para recuperarse de las derrotas dolorosas del día anterior y encadenar 4
triunfos seguidos.
Tocaba retirada para pasar la última noche plácidamente en un
nuestro piso céntrico. Nos habíamos portado demasiado bien tantos días
seguidos, así que por estadística alguna travesura tenía que pasar. Unas
coñitas, unos forcejeos, hicieron que Chema quitara la clavija del extintor
y… pim, pam, pum! una fina capa blanca rebozó todo el suelo. Limpieza de
emergencia y evacuación rápida al día siguiente. Siempre me he preguntado,
que pensaran en correos el día que a alguien se le ocurra ver el video de la
cámara de seguridad: o se parten de la risa o se mueren de un infarto, no lo
tengo muy claro…
Mención aparte, fue la desaparición esa noche de la chaqueta de José con su
cámara de fotos en el Svalbard. No podía ser que un noruego hubiera hecho un
acto tan feo como robar. Aquí tenéis el mail que le envió el presunto ladrón
a José, que no era más que un jovenzuelo que iba con unas copillas de más.
Qué buena gente!!
Hi again Jose!
I will send your Jacket,cannon- camera, 2 mobilphones, 1 mobile equipment,
Holder for your glasses on Monday/ Tuesday. I get a adress from the girl in
the bar at Svalbar.
I must first talk to the sysselmannen på Svalbard ( our highest governmnent
on Svalbard) , to avoid that you get problems with the custom in Spain,
because you have equipment which are very expensive. I will not give you
problems with import duty when the packet reach your country. Sysselmannens
office is not open before Monday and he must give me a note that your jacket
was taken by a mistake.
When I send your equipment to Spain it will take two weeks- 3 weeks. One
week from Longyerbyen to Oslo our capital and 5-12 days from Oslo to Madrid
( I have asked the post office manager in Longyearbyen. On Monday/Tuesday I
will pay for the packet and get a tracking number and I will give you
information when the packet leaves Oslo to Madrid.
Here is the story!
I took the jacket with a mistake when i was on Svalbar.
I wake up 1200 Friday and look with big eyes. This is not my Canada Goose
black jacket and its a jacket with tho phones, a camera and so on.
I called sysselmannen and asked if someone have called him about the jacket.
No one have done that and I gave him my number.
Then I walked to Puben ( Radisson SAS), because I thought it was there the
mistake have happened. No one have lost his jacket there.
Then I Walked to Carlsberger Pub and the same story.
1430 I went to Svalbar ( i didnt remember that i was on Svalbar) and there i
meet the girl who had talked to you. She gave me the note which you have
given her and she said that you should take the plane 1500. Then i try to
take a taxi to the airport but anyone was free.
Jose I`m very sorry for the trouble and problems I have created for your
trip here
La última mañana en Longyearbyen la pasamos
tranquilamente paseando por la calle del centro haciendo las
típicas últimas compras antes de partir hacia el aeropuerto.
Por su condición de territorio especial, Svalbard no tiene
las mismas tasas de impuestos que la Noruega continental y
algunos productos como la ropa y el tabaco son bastante más
baratos (Cartón de Marlboro 145 NOK = 16 EUR).
Llamadita al taxi (Longyearbyen Taxi A.S Tlf. +47-79021375),
y con los macutos a rebosar camino al aeropuerto. Allí estaba el único
avión, listo para devolvernos a la Europa continental. Una vez despegados y
aunque el cansancio hacía mella, aguantamos para contemplar por última vez
desde el aire las preciosas “montañas puntiagudas” blancas, mientras
dejábamos atrás Longyearbyen y nos despedíamos de Svalbard.
Una
reflexión: Por la presencia humana, Svalbard, ha dejado de ser virgen y cada
vez es más débil y sensible al cambio climático. Un poco de concienciación
entre todos, permitiría mantenerlo vivo unas décadas más porque pocas cosas
en el mundo son tan bonitas como contemplar una naturaleza tan pura y
auténtica en vivo…
Abandonado el archipiélago, el sueño pudo conmigo y no quedaba otra que
torcer el cuello y descansar <Longyearbyen airport 14:45 –> Tromso 17:30 –>
Oslo Gardermoen 20:15>.
Aterrizados en Oslo, volvimos a la noche y a las temperaturas cálidas
(15ºC). Ahora tocaba despedirse del primer viajero, María, la capitana del
grupo. Soberbia actuación, una grande! Con tristeza, la dejamos en el
aeropuerto mientras el resto cogíamos los coches y nos dirigimos a sellar la
traca final del viaje, el
Preikestolen.
El viaje fue muy pesado. Los casi 600km de trayecto fueron en
carreteras de un carril por sentido, cosidas por radares y donde podíamos
llegar a circular en algunos tramos a unos 100km/h como máximo, un auténtico
coñazo!!. Parada en Kristiansand para tomarnos una hamburguesa toxica en el
“Luga Grill” y continuamos hacia Stavanger. A las 5 de la mañana se nos
acabó la carretera en el embarcadero del ferry en Lauvik. Ese fue el momento ideal
para desplegar nuestras esterillas en la apeadero y echarnos una buena
sornada.