"En la playa de Vigo aprendí, sin
reflexionar entonces sobre ello, que necesitamos ver el mundo en
su realidad, no en su retrato; que nos sobran los intermediarios
porque todos nuestros sentidos reclaman el contacto con lo que
existe y palpita; que precisamos del olor de las cosas, de su
sabor, de su tacto y de sus sonidos. Es una de las más hondas
razones para viajar: invadir, con todo el equipaje que
constituye nuestro propio ser, la entraña misma de realidad:
bañarnos en la vida"
De "LA AVENTURA DE VIAJAR", de Javier Reverte.
Aluche – Dakar
(En transporte
público)

Introducción
El objetivo de este viaje era cruzar
por carretera los más de 4000 km que separan Madrid de Dakar
atravesando Marruecos, el Sahara Occidental, Mauritania y
Senegal.
La idea de emprender esta aventura
surgió la típica tarde de resaca en el Local*, después del
partido del Peloti*, hablando de tonterías con Pablito. La
intención inicial era recorrer el trayecto con un coche viejo y
acabar vendiéndolo en Gambia (en Senegal
no es posible entrar con un coche con más de cinco años de
antigüedad).
* El Real Peloti es el equipo de
fútbol 7 de una buena parte de los miembros del Local.
* El Local es el lugar de reunión de
parte de los miembros del diamanteescarbon.com, como: Chuzín,
Ivi, Cris, Jai, Saúl, Peibel, Torri, Sara, etc… La mayor parte
de ellos proceden del Colegio Arcángel Rafael de Campamento.
Todo salía a pedir de boca, a los
pocos días ya éramos un equipo de cuatro y el Rami (muchas
gracias) nos regalaba un flamante Renault Clio con 12 años y en
perfecto estado. Pero tras tres semanas entregadas a solucionar
los problemas administrativos y mecánicos relacionados con el
coche, tuvimos que rendirnos, no habíamos sido capaces de
conseguir un vehículo y habría que abandonar la idea de cruzar
el Sáhara.
El problema era que en mi mente solo
había un pensamiento, una determinación, una obcecada, y era
hacer el Aluche - Dakar. Estuvimos intentando procurarnos un
coche hasta el último momento, pero fue imposible, así que solo
nos quedaba el transporte público. El día antes de salir me
compré un billete de avión de regreso desde Dakar y un billete
de ida en autobús a Casablanca con
Alsa*.
*
Vuelo de regreso:
Iberia. Dakar (23.55) –
Madrid (06.50).
Precio: 435 €
*
Autobús de ida:
Alsa. Madrid
(22.00)-Casablanca (19:00 día siguiente)
21 horas.
102 €
Una vez que tuve en mis manos estos
billetes no entraba en mí de felicidad, después de todos mis
intentos de arreglar el coche, de intentar convencer
acompañantes, de decepciones, de cabreos,… ya tenía lo que
necesitaba, una meta. ¡Llegar a Dakar por tierra!
Paco estaba completamente determinado a hacer el viaje, le
daba igual los detalles del itinerario. Desde que surgió la
idea, había manifestado su total disponibilidad para hacerse
todo el “dañito” que fuera requerido. Simplemente le dije las
fechas, y en pocas horas ya se había comprado un billete* desde
Alemania (donde vivía por esa época) a Marrakech.
*
Vuelo del Palentino:
Ryanair. Frankfurt
– Hahn (06.30) – Marrakech (09.15). Precio:
114,48 €
14
de Marzo 2008: MADRID - ALGECIRAS: Comienza la peregrinación
El 14 de Marzo de 2008 a las nueve
de la noche, viernes antes de Semana Santa, salía de Aluche en
solitario y sin oxígeno, con poca más preparación que un billete
de ida en autobús desde Madrid a Casablanca, otro de vuelta en
avión desde Dakar 14 días mas tarde, y la certeza de que al día
siguiente en Marrakech me encontraría con el grandísimo
Paquito dispuesto a todo.
15 de Marzo 2008: ALGECIRAS - TÁNGER – CASABLANCA: Vuelta a Casa
Las nueve horas hasta
Algeciras las pasé descansando en un autobús de la marca
Back-Breaker (rompe-espaldas) que nos había sido asignado. A las
7 a.m. ya estábamos en el puerto dispuestos para cruzar a
África. Estaba atestado de personas, todos de origen marroquí,
que iban a pasar las vacaciones desde media Europa, a sus
lugares de origen. Una vez en el puerto tienes que ingeniártelas
para conseguir el billete del ferry*, que aunque esta incluido
en el precio del autobús, no es tarea fácil, y mucho menos uno
de los días del año con mas afluencia de viajeros, en plena “operación
paso del estrecho”. Para hacerse una idea del jaleo en el
reparto de billetes, decir que me correspondió un billete para
el trasbordador a nombre de Moustapha Sehraoul.
·
Ferry: Compañía -
IMTC. Buque:
Le Rif. Horario: Algeciras (10.00) – Tánger (11:30)

Tuvimos que esperar
aproximadamente tres horas en la aduana marroquí pero fue
verdaderamente divertido. Todos los pasajeros estaban muy
contentos y animados, como cualquiera cuando vuelve a su tierra
después de un tiempo. Antes de pasar la frontera, como
bienvenida a África, subió un personaje al autobús que
contribuyó notablemente a la algarabía reinante. Todavía no
tengo clara su función, solo se que era una mezcla entre agente
de aduanas, colocador de maletas, humorista, estafador y
monologuista. Todos le escuchaban atentamente, a ratos se ponían
muy serios, y al minuto soltaban la más sonora de las
carcajadas. Parece que todo su esfuerzo y puesta en escena era
para sacar unos
dirhams*, a cambio de no entretenerse mucho controlando los
fardos-maletas que había en el autobús.
*
Dirham: moneda oficial del Reino
de Marruecos, se subdivide en 100 céntimos. 1 € = 11,10 د.م.
(marzo 2009, fecha en la que se finalizó esta crónica. En marzo
2008, fecha del viaje 1 € = 11,50 د.م. ).
Mis compañeros de autobús se
portaron muy bien conmigo, ayudándome con los trámites,
contándome historias y cuidando de que no se les perdiera el
único “rubito” del autobús.
A última hora de la tarde arribamos
en Casablanca
y a toda prisa me dirigí a la estación de tren con un marroquí
que había conocido durante el trayecto. Tenía que tomar el
último tren para llegar a
Marrakech,
e íbamos bastante retrasados. Por suerte nos apeamos del autobús
a escasos metros de la estación de tren* de
Casablanca Voyageurs.
*
Casablanca (20:50) – Marrakech
(00:30)
84 Dirhams (7,30€). Para ver horarios de trenes se ha de
consultar la web de la compañía
ONCF (Office National des Chemins de Fer).
Ya en el andén, coincidí con otro
pasajero del autobús y nos pasamos charlando las cuatro horas de
viaje. Me estuvo relatando como había pasado a España agarrado a
los bajos de un camión. Era muy hablador y me contó
toda su vida, desde cómo apareció en
Málaga
completamente sólo, sin conocer a nadie y sin saber español,
hasta sus planes para el futuro que incluían regresar a
Marruecos algún día.
No sabía leer o escribir pero era
capaz de hablar perfectamente francés, árabe y español (por los
codos). Me contó las miles de triquiñuelas para conseguir
papeles en España, y de cómo evitar que te pillen y te deporten.
Actualmente se dedicaba a poner tabiques en la construcción,
como autónomo, y ganaba una pasta trabajando a destajo. Se
notaba que era un chaval muy despierto y espabilado, y se las
había apañado para que no le faltara de nada habiendo empezado
desde cero. Me rindo a su determinación y capacidad de
superación, ¡qué fenómeno!
16 de Marzo 2008: MARRAKECH - IMI-N-TANOUTE - AGADIR - TIZNIT -
SIDI IFNI: Al sur
Tras siete horas de partirme la
espalda en un autobús hasta Algeciras, el clásico jaleo de la
“operación paso del estrecho”, un par de horas de espera en la
frontera marroquí, otro bus de cinco horas hasta Casablanca, las
cuatro horas de tren hasta Marrakech y un ratillo en taxi, a la
una de la mañana, por fin, estaba en la encantadora plaza de
Djemaa el
Fna. Unos silbidos, y el bravísimo
Paquito apareció de la nada. En cuestión de minutos nos
hallábamos sobre la plaza, en la azotea de nuestro hotelucho,
tomándonos unas copitas de vodka rebajadas con el sabroso zumo
de naranja recién exprimido que venden en los puestos de ahí
abajo, ¡¡¡AAAAAUUUUUU!!! Esa noche, la clásica charla con el
polluelo aventajado, que había pasado mucho tiempo y teníamos
muchas cosas que contarnos. Trazamos el itinerario, y como
conclusión: no había tiempo que perder. De momento, para las dos
primeras noches, no quedaba tiempo para dormir.
Después de un par de horas de sueño,
y con una buena pedrada en la cabeza, a las siete de la mañana
ya estábamos en un
autobús dirección
Agadir
(Marrakech (7:00) – Agadir (12.00) –
60 Dh (5,20 €). Hicimos una
parada en
Imi-n-Tanoute, ciudad fuera de cualquier recorrido turístico
situada en un valle del
Alto Atlas Occidental. Nos encantó. Era una autentica ciudad
marroquí, con sus puestos y vendedores de todo tipo. La parada
fue breve, pero lo suficiente para quedarnos prendidos de aquel
sitio. Nos hicimos unas fotillos en su mercado, nos comimos unos
bocatas por 0,40 € y pa’ adelante.

Agadir no nos
interesaba demasiado, pero era la siguiente ciudad grande en la
que sería fácil encontrar transportes en dirección sur.
Estuvimos tres o cuatro horas que empleamos en solucionar
algunos problemas logísticos en el zoco: “recauchutamos” mis
zapatillas, cambiaron la pantalla rota de mí móvil*, consultamos
Internet para seguir dando forma al itinerario y nos apretarnos
un
tajine tradicional en uno de esos pequeños restaurantes
tóxicos que tanto nos gustan. Dimos con un taxista muy simpático
que amablemente nos enfocó hacia nuestro siguiente destino,
ocupándose de llevarnos a la estación de
Grands Taxis (Gare Routière) y meternos en el coche
correcto.
* Tuve la habilidad de romperlo en
la Estación Sur de Madrid dificultando en gran medida el
encuentro con Paco.
Nos dirigíamos hacia
Sidi Ifni,
que fue colonia española hasta 1969. En el taxi colectivo
conocimos a Said, un chaval que hablaba español. Nos llevó de la
mano desde Agadir a
Tiznit (Grand
Taxi, 27 Dh (2,35 €). 2 horas); y de ahí a Sidi Ifni (Grand
Taxi, 27 Dh (2,35 €). 1,30 horas). Lo que mas nos llamó la
atención de esta famosa ciudad fue su Plaza de España
(actualmente Plaza Hassan II) donde estaba el antiguo gobierno
civil todavía coronado con el escudo de “el pollo”. Said y un
amigo suyo nos llevaron de paseo por la ciudad como si fuéramos
colegas de toda la vida. Su amigo vivía habitualmente en
Lanzarote,
pero en este momento se encontraba descansando en su tierra,
porque no se que problema había tenido con una amigos suyos muy
cansinos que se llamaban Crack y Heroína…

¡Qué bien nos trataron en las dos ó
tres horas que pasamos con ellos! Nos pasearon, nos invitaron a
té a la menta y bollos en la casa de la madre de Said, nos
enseñaron antiguas fotos de su padre subido en un tanque en no
se que follón con Argelia…Más tarde nos llevaron a una terracita
con vistas a todo Sidi Ifni, incluyendo la playa y la famosa
“barandilla”. Después de dos días de prácticamente no parar, por
fin nos relajamos un ratito tomando algo con ellos mientras nos
presentaban a todo el que pasaba por allí. Nos repitieron mil
veces que nos quedáramos la noche con ellos, que era ya muy
tarde para irnos…pero es que… ¡¡El tour no se podía parar!!
Nuestros planes estaban muy
ajustados y no podíamos permitirnos parar toda una noche, así
que insistimos en que nos metieran en un taxi hacia
Guelmim y le
dieran las instrucciones necesarias para que pillásemos un bus
nocturno que saciara nuestra urgencia por tirar al sur. El
autobús no pasó hasta las dos de la mañana, así que tras el
largo día y la espera, una vez arriba nos
quedamos inconscientes
en cuestión de segundos.
