Domingo 22 de Febrero: Aachen – Madrid: Perdemos nuestro primer avión.
Gracias Ra!
Nos
despertamos con la típica pedrada y con una hambruna típica de cuando sales.
El plan era ir a comer a un sitio típico alemán un rico codillo.
Cuando
llegamos al restaurante
Aachener
Brauhaus encontramos una fiesta de alemanes totalmente poseídos por la
cerveza y los cantos los cuales daban una impresión de estárselo pasando
perfectamente. El lugar esta muy bien, el codillo y demás especialidades
alemanas esta bastante rico y lo mejor aun, es un lugar muy económico, por
unos 10 € puedes comer y beber tranquilamente y salir hasta arriba de
comida.
Famoso Aachen Brauhaus,
un buen sitio típico para comerse un codillo.
Habíamos
quedado en el restaurante con un amigo de Goteborg de Ra, un tal Antoñito.
Este, que era algo tímido, tenia pinta de llevarse todas las tramas de la
mesa y sobremesa. Empezamos a fingir e inventarnos tradiciones típicas
españolas, por ejemplo la de cuando se termina uno el primero el codillo. Yo, que conseguí dejar
solo el hueso, me levante y le di un beso, los demás, curtidos en mil
batallas de tramas, hicieron nada mas verme ese mismo gesto, besar el hueso. Antoñito, que no estaba muy convencido, al final, no se como, beso el hueso.
Claro esta, la mofa y las risas fueron pequeñas, creo que le encanto esa
trama y que Antoñito es muy probable que la repita con sus amigos.
Después
de la bonita velada, nos fuimos a la puerta de la estación con todas las
maletas. Ahí estaríamos unos minutos de coña antes de que cogiéramos el
tren. Teníamos dos opciones, una que salía 15 minutos antes que la otra,
pero como nos comento Ra, las dos eran validas por lo que nos esperamos a
echarnos un cigarrito antes de que saliera el segundo tren. Entre tanto,
abrazos y demás tonterías con el amigo de Ra, que si la mochila de Jesulen
se la doy a un jonki que pasa, en fin, esas tonterías que tango gustan.
Nuestro
avión salía a las 19:20 de la tarde, con lo que con estar algo mas de una
hora antes nos valía.
El tren
que cogimos era el de las 16:25. Normalmente es un tren que tarda cerca de
1:40 horas, por lo que si todo salía bien deberíamos llegar a Dusseldorf a
las 18:05 mas o menos, es decir, con una hora y cuarto para hacer le
embarque y demás. Pero algo fallo, no sabemos muy bien que tren miro Ra,
pero este no iba a tardar 1 hora y 40 minutos, sino 2 horas, por lo que nos
plantamos en el aeropuerto a eso de las 18:35 – 18:40 mas o menos, lo justo
para que nos hubieran cerrado la puerta de embarque, buenaaaaa!!!!!!
Ra, te
estaremos eternamente agradecidos por hacernos esta putada. (se le atribuyo
a Ra la cagada, no sabemos muy bien si con o sin razón, pero bueno, alguien
tenia que ser el cabeza de turco y puesto que lo miro el, el se lo come.)
Empezamos a llorar a la gente que estaba en el mostrador, intentando
decirles que teníamos que trabajar al día siguiente, que habíamos llegado
solo 5 minutos tarde y demás. El chico que ahí mandaba, llamo a
la persona que controla y decide si un avión ya se ha cerrado por completo o
no. Parecía que iba a dar resultado tanto llanto, ya que vimos como uno de
sus compis, iba emitiendo en un billete en blanco y a bolígrafo, uno a uno
cada uno de los billetes que teníamos, tenia buena pinta. Pero la realidad
fue bien distinta, nos comunicaron que lo habían intentado por activa y por
pasiva, nos cagamos en todos los miembros de Iberia (Que cutres que son) y
nos dispusimos a canjear nuestro billete para coger el siguiente vuelo fuera
cuando fuere y costase lo que costase. Nos dieron una solución no muy mala,
nos lo canjearon por un billete que sale de Dusseldorf muy temprano, a eso
de las 07:50 y que te deja en Madrid a las 10:20. Lo bueno de este billete
es que no llegas muy tarde a currar y que nos salio, con el cambio claro
esta, muy muy
barato, 50 €.
Después
de avisar a los trabajos y a las casas, de que nuestro avión no saldría esa
noche, empezamos a negociar que es lo que haríamos. Teníamos dos claras
opciones, volver a Aachen a disfrutar de otro poquito de fiesta, cenar y
dormir en casa de Pichi Saúl, o quedarnos como en la película de Terminal,
atrapados en el aeropuerto. Nos decantamos por la primera.
Volvimos
a coger, por decimonovena vez el tren a Aachen y fuimos directos a la Carpa
que ponen entre le ayuntamiento y la catedral. Una especie de carpa de
pueblo en la que ponen buena música, lo malo, cierra muy pronto. Nosotros
hicimos un escaso acto de presencia, ya que al día siguiente debíamos
despertarnos a eso de las 04:00 para que no nos pasase la mítica del día
anterior. Así fue, unas cerves, unos bailes, nos pinto Lauriki un poco la
cara y listos, nos fuimos a cenar a un kebab y a dormir al piso de Saúl.
Como nos costo conseguir las llaves, no quería que nos fuéramos. Ale, ahora
toca dormir.
Lunes 23 de Febrero: Aachen – Madrid: Ahora si que si, nos vamos para
Madrid!
Con la
empanada nos levantamos como exhalaciones a las 04:00 de la mañana. Yo entre
sueños, escuche a Saúl la noche antes que me decía que me quitaba las
deportivas que llevaba porque el las necesitaba para un desfile de carnaval,
premio que gano en una prueba en el baile de la carpa la noche antes ejejeje. El me dejo a cambio otras
cucaracha, como me lió en sueños.
Otra ves
mas en la estación, debíamos volver a coger el tren a Dusseldorf!!! Esta vez
tuvimos que pagar, ya que nuestro ticket
“NRW ticket” ya no nos valía. Lo
sacamos y cagando leches para el anden. Después de una sobada monumental,
nos despertamos ahora si, con tiempo, en el
aeropuerto internacional de Dusseldorf,
recordar la parada, se llama Düsseldorf Flughafen, que es la que te deja en
el airport.
Ahí
facturamos y de vuelta a Madrid, directos al trabajo.
Aquí
acaba el relato de los pequeños diamantinos disfrazados, los cuales dieron
pena por media Alemania durante un Fin de semana. Veremos si el año que
viene se repite la odisea.
Escrito
por Chema.