FRANCIA  Y  SUIZA

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Viaje a Francia y Suiza (Viaje a los Alpes, Chamonix)

          Estabamos Bernon, Chema y yo otra tarde de viernes en los bancos del barrio, en la cuna de los viajes suicidas, donde nacieron virus tan dañinos como Plaza roja, Desierto del Gobi, Cabo Norte, Chernobil... Surgió el tema de organizar los ataques de finde para el invierno. La animada discusión, como no podía ser de otra forma, acabó delante del ordenador invirtiendo en vuelos, y esta vez la oferta era Ginebra con EasyJet. El vuelo costaba alrededor de 40 euros i/v, así que compramos billetes para un par de findes seguidos. La razón de este doble dolor (la verdad es que hay que...manda huevos) era complacer a todos los chavales, bueno no, que coño, era complacer al Chema que no se que problemas tenía...

          El viaje que os voy a relatar fue la segunda de las incursiones, cuyo fin último era disfrutar de los Alpes, durmiendo en la montaña, y teniendo el honor de despertar en frente del Mont Blanc. La alineación no era precisamente nueva en estas lides montañeras, contando entre nosotros con míticos a-campistas de toda la vida. La gran novedad es que habíamos sustituido el funicular a Cotos por un vuelo directo al corazón de los Alpes.
 

         Debido al cansancio del finde anterior, el equipo (incluido yo) tenía pocas ganas e ilusión en esta nueva empresa. Por no haber, no había ni ganas de hablar del tema…. Así que los preparativos del viaje se caracterizaron por su inexistencia, hasta que el jueves gracias a la fuerza del e-mail se consiguió poner en tensión a los chavales, y en un tiempo record se convirtieron en montañeros, con su piolet , sus crampones y todos los extras a un grupo de putas, yonquis y transexuales.

         DIA 16: El equipo se junto el viernes en el aeropuerto de Barajas, directos del curro y bien pertrechados de material, tortillas y filetes empanados…y como no de problemas, que si ayer salí, que tengo una ampolla, que me he dejado el cortaúñas, que ... vamos, que todos recibimos la misma respuesta, “todos tenemos problemas....”

         Llegamos al aeropuerto de Ginebra, que teníamos dominado, ya que habíamos estado allí 4 días antes, así que sin perder ni un segundo (excepto para unos pitillitos) nos dirigimos a recoger nuestra furgoneta de alquiler Hertz, una flamante Mercedes Vito de 9 plazas, ¡en la vida nos hemos visto en otra igual!, ¡Cómo señores! Tengo que reconocer el morbo que me daba esa furgoneta, cargada de 8 Aluchinos y un Moratalaz (si Dipasi, si, un Moratalaz)

         Tras un viaje de hora y media, hacia las 10 de la noche, llegamos al que iba a ser la base de nuestro ataque, la encantadora ciudad de Chamonix, uno de los valles más espectaculares que he visto, justo a los pies del Mont Blanc. El termómetro de la furgoneta marcaba –9.5º (dato). Nos alojamos en un acogedor albergue llamado “Le Chamoniard Volant” que reservamos a ultimísimo hora por solo 14 euros por persona (solo alojamiento). La verdad es que no lo aprovechamos mucho ya que nada más llegar nos fuimos a las habitaciones a abrigarnos y directos a la calle a hacer un poquito de botellón en un bosque petadísimo de nieve, con las clásicas tonterías, coñitas y degrades de siempre (creo que jamás se pasarán de moda, y lejos de ser cansinos cada día gustan más…). Estábamos muy contentos porque todo era perfecto, aunque hacia mucho frio, no soplaba el viento y la noche estaba bien despejada, lo que auguraba buen tiempo para el día siguiente.

     
    DIA 17: Muy tempranito, a las 6, todos a la furgui y a buscar nuestro punto de partida para ir al Lac Blanc, que era el destino elegido, el sitio donde considerábamos que estaba el señor de los sellos. Según nuestras vagas informaciones en el Lac Blanc había un refugio, pero no sabíamos si estaba abierto, cerrado, se lo había llevado una avalancha o lo había abducido un OVNI, así que nos fuimos al centro de la ciudad en busca de información. La gente nos decía sin mucha seguridad que estaría cerrado, y que no habría ni tan siquiera parte libre, pero ya se sabe, solo había una manera de estar completamente seguros, aplicando uno de los principios más arraigados en el espíritu viajero aluchino: “que no nos lo cuenten…”

         La primera parte de la ascensión, hasta Flégère a 1877 m la hicimos en un telecabina de esos rojitos, típicos alpinos, que subía empinadísimo para librar la primera parte del valle de Chamonix y una vez arriba, AAAAAAUUUUUUUU, un panorama espectacular, nada de viento, ni una sola nube, y todo el macizo del Mont Blanc saludándonos desde el otro lado del valle.

         Desde aquí empezaba el camino hacia el Lac blanc, la subida fue otra de las heroicas gestas aluchinas, una fuerte pendiente, y un metro de crema (nieve) de primerísima calidad recién caída. Solo estaban las huellas de una persona (que ese si que estaba obcecado) que iba delante de nosotros. Aunque sus huellas no nos facilitaban el avance, por lo menos ya sabíamos cual era el camino a seguir. Esa profundidad de nieve requería raquetas a gritos, pero por supuesto no teníamos... hubiera sido demasiado fácil. La subida fue una batalla desigual que diezmo las fuerzas (pero nunca la determinación) del equipo.

   

         A la hora de comer por fin llegamos a nuestro destino, donde se suponía que debíamos pasar la noche, siempre y cuando estuviera abierto, y... efectivamente estaba abierto, si es que menos mal que la suerte suele estar de nuestro lado... El sitio era espectacular, , tengo que aullar de nuevo, AAAAAUUUUU, a 2350 m de altura, la piscina del refugio era el Lac Blanc (totalmente helado), el patio trasero un barranco pa´bajo de agarrate y no te menees, y en la entrada unas vistas a todo el valle de Chamonix espectaculares. En esa terracita pasamos toda la tarde noche, comiendo, tomando unos vinillos, y disfrutando de lo increíble del lugar. Por lo menos para mí, será difícil olvidar esa tarde en aquel marco incomparable… Pero había algo todavía mejor que el lugar... la gratísima compañía de los chavales. A todo esto, en un momento de bajon del grupo, Garci, hizo las veces de profesor de Gimnasia Rítmica y nos hizo entrar a todos en calor con un poquito de aeróbic, que momentazo.
        

 Como no habíamos tenido bastante con la paliza que nos dimos el sábado, el domingo decidimos levantarnos a las 5 am con el fin de “subir pa arriba” a ver si había algún otro señor que pusiera sellos o algo de eso. Finalmente el destino elegido, hacia el cual teníamos que centrar nuestra obcecación, fue el “Col de Beugeant (2807 m)” El camino fue aun más duro todavía que el día anterior, no había ni una suela huella, pero gracias a la fuerza del Lems y el Jai fuimos capaces de llegar al sitio donde estaba el otro señor de los sellos. A 2800 m de altitud, ni una sola nube, ni que decir tiene que las vistas eran sobrecogedoras (y más en aluchino, eran…¡¡¡la polla!!!). Además, era precioso ver nuestra huella (la única) serpenteando por la pendiente a saco hacia arriba, tuvimos el honor de disfrutar de ese precioso valle alpino para nosotros solos, me entran escalofríos solo de pensarlo...

         De regreso al refugio estaban el Ivi y el Mutiu esperándonos para iniciar todos juntos el regreso al aparcamiento, y como no podía haber sido de otra forma, se habían encargado de las labores domésticas, habían dejado el refugio más limpio que una patena...

         Cuando llegamos a donde habíamos dejado nuestra Vito, solo había una cosa en la mente de todos y era el hambre que teníamos. Debido al desgaste físico al que nos habíamos visto sometidos, a nuestro compromiso con la comida saludable y en contra de las grandes multinacionales, consideramos que lo más apropiado era irnos a meter un “bucazo” al Maca (McDonald´s). Con las pilas bien cargadas ya estábamos en condiciones de comenzar la vuelta a Ginebra y darnos un paseillo por allí, tomarnos unas cerves, ji ji, ja ja....

     

         Tuvimos la ocasión de pasarnos por uno de los lugares sagrados donde nuestros huesos descansaron en el primer interrail(uno de los sitios que con más miedo y malro he dormido), en la estación de tren de Ginebra. Cenamos en un mítico sitio de Ginebra, el “Café du Paris” que nos habían recomendado y nos (me) obcecamos en ir.
Este sitio, tenia una caracteristica especial, te ponian todas las patatas fritas que fueras capaz de ingerir.

        
DIA 19: Completamente agotados regresamos al aeropuerto donde teníamos que pasar la noche. La mayoría de nosotros por segundo domingo consecutivo, ya que nuestro vuelo salía las 6 de la mañana. A las 9 de la mañana, como si no hubiera pasado nada, estos intrépidos aventureros ya estaban disfrazados en sus puestos de trabajo u otros quehaceres, si ni tan siquiera haberse dado una ducha desde el viernes… pero eso sí, mas limpitos por dentro…

         Datos: Madrid 16 Nov 17:00, 1010.720 Km en avión, 149 km en coche, -9.5º, 800 m de desnivel en telecabina, 950 m de desnivel pateando, 149 km en coche, 39 CHF la cena, 1010.720 km en avión, 19 Nov 8:25 Madrid.

            Saúl.

FOTOS DEL VIAJE

 

MAPAS Y RECORRIDO

 

     

 

ENLACES RECOMENDADOS

Recorrido desde Chamonix hasta Lac Blanc: http://www.yokmok.com/Chamonix-LagoBlanco.pdf  o el siguiente .pdf

Refugio donde dormimos en Chamonix, Le Chamoniard Volant: http://www.chamoniard.com/pages/indexpag.html

Información de Flegere y Chamonix: http://www.compagniedumontblanc.fr/pages/brevent_flegere_ete.html 

Informacion de Chamonix: http://www.chamonix.com/page.php?page=0&r=accueil&ling=en  o  http://www.randos-montblanc.com/pages/description/lac-blanc.html

Lugar para cenar patatas fritas hasta no poder mas. Sitio tipico en Ginebra llamado Cafe de Paris: http://www.bootsnall.com/articles/07-03/cafe-de-paris-a-geneva-institution-geneva-switzerland-europe.html